Historia del Color

Este articulo está dedicado al color, su historia y desarrollo: cómo ha nacido?, qué es?, qué representa?, entre muchas otras cosas.

Prehistoria

La utilización de los colores de la naturaleza comenzó en la prehistoria, cuando el hombre primitivo al recolectar piedras para su adorno personal, este manchó sus manos con la tierra de donde las recogía. Así fue como el rojo ocre se convirtió en el primer color usado por el hombre en sus escrituras y ceremonias fúnebres.

Culturas con diferente grado de desarrollo no circunscritas a un espacio limitado, combinaron técnica y color influyendo en áreas muy distantes entre unas de otras.

Ciencia

A nivel científico el color es considerado una percepción que se origina en tres fases distintas:

En la primera etapa los fotorreceptores de la retina del ojo absorben el estímulo visual, es decir los fotones, que pasan por la córnea, el humor acuoso, la pupila, el cristalino y el humor vítreo. Al final de esta fase se generan señales nerviosas a través de un proceso llamado transducción.

Resultado de imagen para fotorreceptores de la retina del ojo

La segunda fase consiste en elaborar y comprimir estas señales nerviosas, en convertirlas a señales eléctricas en modulación de frecuencia y en su transmisión al cerebro a lo largo del nervio óptico.

La tercera fase consiste en la interpretación de estas señales por parte del cerebro y en la percepción final del color.

Sin embargo, esta última fase no ha sido siempre así, porque el color no fue descodificado siempre de la misma manera en que lo hacemos hoy.

La historia

Las primeras reflexiones sobre la óptica, la visión y los colores remontan a la Antigua Grecia y se encuentran referencias a ellas en los estudios europeos del siglo XIX. En particular, Johann Wolfgang von Goethe, en el marco de la teoría del color (Friedrich Wilhelm Riemer, La nomenclatura del color de Griegos y Romanos) afirma que para lo antiguos griegos los nombres de los colores no se fijaron con precisión, sino eran variables. Por ejemplo, la palabra xanthos recogía todos los matices de amarillo, eruthroscomprendía todas las tonalidades de rojo pero se expandía incluso a los amarillos y púrpura, kuaneos se refería a las tonalidades del azul al violeta pero solo por lo que concierne las tonalidades más sombrías, mientras chloros y glaukos abarcaban las gradaciones más claras, del verde al amarillo. Los únicos dos colores que reconocían individualmente y que tenían una denominación concreta eran el blanco, leukos, y el negro, melas. Para los antiguos Griegos la mezcla de blanco y negro creaba todos los otros colores y precisamente por ello cada color está dotado de tonalidades más claras y más obscuras.

Para Platón el color de un objeto es una irradiación del mismo que existe independientemente del hecho de que sea visto o no. La emanación del objeto está compuesta por partículas de fuego y entonces cada color depende de la dimensión de estas partículas con respecto al tamaño de las partículas del cuerpo en su totalidad: si estas son de la misma dimensión, el objeto aparecerá como transparente, mientras si estas son más pequeñas el objeto será visto como blanco; finalmente, si las partículas de fuego son más grandes de las del objeto, este será de color negro. Según Platón, además de los colores ya codificados blanco y negro, existen otros dos colores primarios, es decir el rojo y el color brillante y resplandeciente, que él solía definir con los sinónimos lampronstilbon. Todos los demás colores nacen de la mezcla entre estos cuatros colores primarios en una prporción que no s epuede definir con precisión por el hombre porque está determinada por las divinidades.

Para la doctrina aristotélica la visión de un objeto es posible mediante un cuerpo transparente (llamado diaphanes o diáfano), como por ejemplo el aire o el agua, que actúan como medio entre el objeto y su observador. Si dentro del cuerpo hay luz, el objeto transmite la figura y el color en los ojos de quien lo está mirando; mientras si no hay luz, tanto el objeto come la figura y su color no son visibles. Según Aristóteles las variaciones de color dependen del grado de diafanidad: si este es elevado, el color tenderá al blanco, en cambio si es reducido se acercará al negro. Todos los demás colores se forman en consecuencia a través de la mezcla de los dos principales, es decir el blanco y el negro.

La interpretación de los colores según las teorías griegas antiguas siguieron gracias a las traducciones al latín hechas por los monjes, hasta la Edad Media.

Esta tendencia hacia el binomio blanco/negro, con la posible adición de un tercer color mediano como el rojo, no es sorprendente sino todo lo contrario: es un hecho que en muchas culturas exista esta organización ternaria de los colores (véase Michel Pastoureau y Dominique Simonnet, Breve historia de los colores). Un estudio transcultural realizado por Brent Berlin y Paul Kay a finales de los años Sesenta, ha subrayado que la mayoría del léxico cromático de las lenguas más antiguas sólo tiene dos términos para identificar los colores, y estos indican siempre el blanco y el negro; si existe un tercer nombra, este corresponde siempre al rojo. Según Frederic Portal (El simbolismo de los colores: en la Antigüedad, la Edad Media y los tiempos modernos) la oscuridad, o sea la negación del color, está representada por el color negro, mientras la luz se identifica con el rojo y el blanco. Para Portal, de hecho, la luz no existiría sin el fuego, cuyo símbolo es el rojo, que por consiguiente se tiene que considerar un color primario.

Con la llegada de la Edad Media, aunque la doctrina griega de los colores seguía siendo debatida y estudiada, a la paleta cromática conocida, se suman los colores amarillo, verde y azul. Según Michel Pastoureau este período de la historia es el momento en el que el simbolismo de los colores se hace muy fuerte, sobre todo en el mundo occidental cristiano. Los vicios capitales, por ejemplo, se asocian a los colores: gula y lujuria son rojos, la envidia se asocia al amarillo, la soberbia al verde y la pereza al blanco, mientras ira y avaricia son negros. Entre el final de la Edad Media y el comienzo del Renacimiento vuelven a prevalecer el blanco y el negro cuando en Europa se difunde el protestantismo que lleva consigo la austeridad de los colores saturados. Es también el siglo en el que empiezan a circular los primeros textos impresos que tienen imágenes monocromáticas, generalmente de tinta negra.

Resultado de imagen para paleta cromatica edad media

A lo largo del Renacimiento los estudios sobre los colores, la óptica y la luz no se aplacaron: el mismo Leonardo da Vinci teorizó que el blanco y el negro eran los extremos de la gama de color y que junto a ellos se podían identificar cuatros colores más: “Entre los colores simples el primero es el blanco, aunque los Filósofos no admiten al negro y al blanco en la clase de colores; porque el uno es causa de colores y el otro privación de ellos. Pero como el Pintor necesita absolutamente de ambos, los pondremos en el número de los colores, y según esto diremos que el blanco es el primero de los colores simples el amarillo el segundo, el verde el tercero, el azul el cuarto, el rojo el quinto, y el negro el sexto. El blanco lo ponemos en vez de la luz, sin la cual no puede verse ningún color: el amarillo para la tierra: el verde para el agua: el azul para el aire: el rojo para el fuego; y el negro para las tinieblas que están sobre el elemento del fuego; porque en él no hay materia en donde puedan herir los rayos solares, y por consiguiente iluminar” (Leonardo da Vinci, Tratado de la Pintura, capítulo CLXI).

Fueron precisamente estas teorías a coadyuvar los siguientes estudios de Newton (1642-1727) sobre la composición de los colores espectrales de la luz blanca.

Uno de los mayores críticos de la teoría de Newton fue, más tarde en el siglo XIX, Goethe según el cual la luz no se deriva de los colores, sino lo contrario; y por lo tanto los colores no son primarios sino nacen de la interacción entre la luz y la oscuridad. La luz da lugar a parejas de colores contrapuestos y complementares, que Goethe dispuso sobre un círculo cromático de seis colores: “El color es en sí un grado de oscuridad” (Johann Wolfgang von Goethe, Teoría de los colores, 1810).

En el siglo XX surgieron nuevas experimentaciones y ensayos sobre el color, quizás el más conocido es el modelo de color tridimensional de Albert Henry Munsell (1858 – 1918) basado en los atributos perceptivos de tono, luminosidad y saturación.

Resultado de imagen para modelo de color tridimensional de Albert Henry Munsell

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.